miércoles, 12 de mayo de 2010

C19: ¿Feliz Cumpleaños?

Las horas junto a mi amado vampiro habían pasado lo suficientemente rápido para marearme, sus caricias habían echo que cada parte de mi ser temblarán.

-¿Estás bien, Maggie?- preguntó Thomas a mi lado.

Nos encontrábamos en su cuarto, él acariciaba mi espalda. Si creían que habíamos llegado a algo fuera de nuestra edad, se equivocan...aunque lo desease con toda mi alma, mi teléfono celular y la ruidosa llegada de Marco y Anna había echo que todo el romanticismo quedara olvidado.

-Sí, sólo...algo adolorida- dije refiriéndome a las enormes manchas moradas que habían salido en mi espalda después de que Thomas me golpeará, fuertemente, contra una pared.

Thomas hizo una mueca de disgusto y acarició mi espalda, provocando que me encogiera de hombros a causa del dolor.

-Lo siento- profirió apenado.

-No te preocupes, corazón- dije- no fue tu culpa.- Sonreí antes de acariciar su fría faz.

La puerta se abrió dejando ver a la pequeña April -con un hermoso vestido rosa pálido hasta la rodilla- que saltando llegó hasta la cama de Thomas.

-¿Cómo estás? ¿Cómo estás? ¿Cómo están?- pregunto antes de saltar sobre la cama, causando que nuevamente se encogiera por el dolor.

-Pril, ¿recuerdas lo de su espalda?- indagó Tommy alzando una de sus perfectas cejas.

Ella se rió con esa risilla de niña angelical, la que hacia que cualquiera quedará rendido a sus pies.-

-Obvio, ¿cómo olvidar que mi hermanito peque casi se vuelve hombre hoy?- Ella nuevamente se rió ante la mirada que le mando Thomas.

-Ya cálmense los dos- ordené sentándome lentamente en la cama.-Ya pasó, ¿okey? Esto de que nuevamente nos "encuentren" no sucederá, ¿entendido?- dije algo enojada.

Los dos me quedaron mirando y April soltó otra de sus risillas.

-Claro, porque para la próxima nos haces una llamadita, Tommy, y juró que no molestamos.

Me quedé mirando a la pequeña reír, mientras que Thomas del pálido pasaba al...pálido, pero estoy segura que si siguiese siendo humano estaría más rojo que un tomate. Las carcajadas de Marco y Anna se escucharon desde que la sala de estar y lo único que podía hacer ahora era ponerme yo como tomate.

-Es la edad- me defendí mientras Thomas me abrazaba por la cintura.

-Sí, claro- profirió la niñita con sárcasmo.- En especial, porque mi hermano pasó esa edad hace...¿unos 100 años, hermanito?- Eso había sido un autentico "jaque-mate".

Thomas intento aguantar una carcajada, pero no lo logró y estalló a carcajada limpia.

-Bueno...físicamente tiene 17, igual que yo.- Se me había olvida que exactamente hoy - 6 de Mayo- había nacido.

-Maggie, tienes 16, amor- profirió Thomas besando mi cabello.

-Nop, hoy...hoy es mi cumpleaños- solté sin medir antes lo que decía.

Los ojos de April y Thomas se habían abierto de par en par.

-¿Hoy?- Thomas me volteó para que viera su cara pálida y sorprendida.

-Exacto, hoy a las 16ºº horas nací, ya son las 21ºº...nací hace cinco horitas.- Dije con una sonrisa en la cara.

El silencio se hizo mientras Thomas seguía mirándome boquiabierto. Pestañeé dos veces antes de que unos labios fríos, pero cálidos -para mí- comenzaban a dar otro de esos besos que apasionados que hacían que mi corazón corriera frenético.

-Feliz cumpleaños, te quiero, te adoro- comenzó Thomas separando cada frase con un beso.

-Gracias.- El rubor llegó nuevamente a mis mejillas.

-Emm...uno: aún estoy acá, chicos...-dijo April haciéndose notar- dos: tu mamá ha llamado seis veces, Mag, creo que esta preocupada.

Busqué mi móvil entre mi ropa y entre los muebles de Thomas. La mano extendida de Thomas mostraba mi móvil con: "Boulevard of Broken Dreams" sonando fuertemente.

-Mierda- murmuró antes de tomarlo y contestar.

-¡¿Margaret Marie LeBlanc, dónde demonios estás?!- gritó mi móvil, digo mi mamá.

-Lo siento, ma', me quedé estudiando con Thomas y se me pasó la hora...-mi mamá volvió a gritar.

-¡¿Qué estudiaban?! ¡¡¿Anatomía humana?!!- exclamó rompiendo mis tímpanos y causando que April se carcajeará.

-Si supiera...-dijo la pequeña vampira antes de volver a reír.

-Tú-shhh, ¿okey?- dije tapando mi móvil.

-¡¡Dime!! ¡¡Juró que voy ahora mismo a castrar a Thomas!!- gritó lo suficientemente fuerte para que Marco y Anna explotaran en carcajadas.

-Quiero tener hijos- sollozó falsamente Thomas.

-¡¡¡¿Qué?!!!- gritó mi mamá.

-Nada, mami, ya voy, bye, besos- colgué rápidamente la llamada y le dirigí una mirada cargada de odio a mi adorado vamp.

-¿Qué?- preguntó alzando una de sus perfectas cejas cobres.

-Estas muerto- dije tomando mi chaqueta que estaba botada cerca de uno de los tantos muebles de Thomas.

-Lo sé, corazón- una carcajada salió de los fríos labios de Thomas mientras yo lo seguía fulminando con la mirada.

Después de una breve discusión, unos besos locos y una promesa...Llegué a mi casa solamente para recibir una charla de "relaciones" junto a Thomas. Finalmente, me quedé dormida vestida, sin ni siquiera haberme sacado los jeans o la blusa que llevaba. Ni hablar si me había cubierto a lo menos con una sábana, porque sólo sé que caí a mi cama y en esa posición me dormí.

______________________________________________________________________________________
Holaa!
Acá hablando la escritora ñ.ñ...bueno, sé que últimamente me he demorado más que demasiado en actualizar :/, y en serio lo siento demasiado T.T, pero mis estudios también tienen que ser cuidados por mi persona *-*
Juro que intentaré actualizar más pronto, pero no prometo nada xP
Besos
Cuidense...
Hippie Life ;)

lunes, 10 de mayo de 2010

C18: Te amo

La semana pasó y una fuerte depresión me embargo. No deseaba saber absolutamente de nada...ni de los ángeles, ni de los muertos...ni de Thomas. Deseaba pasar mi vida encerrada entre las cuatro paredes de mi habitación, con la música lo más fuerte que se podía y siempre con mi pijama blanco. Cada desayuno, almuerzo y cena había sido de total silencio entre mi mamá y yo. Mis calificaciones habían bajado notoriamente, lo que preocupó a todos más de la cuenta.

-...si a b más c más 3 da ocho...¿Maggie?- preguntó Thomas chasqueando sus dedos pálidos delante de mis ojos.

-¿Qué?- ladré.

-¿Estás entendiendo la materia?- preguntó con su mirada fijada en mí.

-Sinceramente, no estoy entendiendo nada.- Miré sus ojos, últimamente con cierta sombra fría en los ojos.

-Maggie...-susurró él acercándose poco a poco a mí.

-Thomas...no...no quiero herirte- proferí antes de que sus labios rozarán los míos.

Detuvo sus labios a los escasos 2 centímetros que nos quedaban para hacer uno de esos dulces besos que no había probado desde hace 3 o 6 días.

-¿Herirme? Mis polainas, te necesito ahora.- Nuestros labios se juntaron, hambriento de tanto tiempo separados. La pequeña mesa que nos separaba paso a la historia cuando Thomas la lanzó lejos de su alcancé sólo para poder meter su fría mano en mi espalda bajo la playera blanca que traía.

Enredó los dedos de una de sus manos en mi cabello, mientras que con la otra la tenia apoyada en el suelo. Yo tenía mis brazos atados a su cuello, mis piernas estabas estirándose poco a poco mientras Thomas bajaba lentamente hasta apoyar mi espalda con la alfombra persa que había en la sala de su casa. Separó nuestros labios, me corrió un rebelde mechón de cabello y mi sonrisa había reaparecido entre sus bellos labios.

-¿Estás segura que esto es lo que deseas?- gimió Thomas entrecortadamente.

Afirmé con la cabeza antes de que mis labios se juntarán con los de él deseosos de lo que sucedería. Thomas seguía con una de sus manos acariciando mis cabellos, mientras que con la otra desabrochaba los botones de la blusa verde que llevaba puesta. Una de mis manos corría desenfrenadamente por su espalda intentando sacar la playera de largas mangas que traía puesta.
Recorrer su espalda desnuda era...increíble. Ya sé el amor ayuda a que cada una de las cosas que vivíamos nosotros dos fuese increíble. Thomas finalmente logró sacar mi blusa, mientras besaba desde mi cuello hasta el escote del bracier que llevaba.

-Te amo- dije como nunca antes lo había dicho. Esta era la primera vez que sentía el peso que llevaba esa frase. "Te amo" era tal vez más conocida en el mundo entero y tal vez la más dicha. Amor es el sentimiento que uno tiene hacía algo o alguien, pero... ¿Qué estaba haciendo ahora yo? ¿Demostrando que amaba a Thomas? ¿Qué lo deseaba aunque tuviese siglos más que yo?
No, lo que yo estaba haciendo en ese momento era entregarme, tanto en cuerpo como en corazón.

-Thomas...-ronroneé jugueteando con sus labios.

-Mmm...-dijo apoyando su cabeza en la hendidura de mi cuello.

Miré el "campo de batalla", pantalones tirados, una blusa verde oscuro sobre una lámpara café clara y una playera de mangas largas y blanca estaba junto a la mesita que había lanzado mi adorado vampiro anteriormente.

-Te amo- susurré nuevamente pegando mi frente a la de él.

No habló. Ningún sonido salió de entre sus fríos labios, sólo el aire que era fuertemente expulsado por la comisura.
Necesitaba que él me dijera que también me amaba, que me deseaba tanto como lo había demostrado ahora, que me necesitaba a su lado...

-Yo...- dejo la frase en el aire.-Yo no te amo, yo no te necesito por un momento, yo no te deseo a mi lado.- Cada una de sus palabras habían sido cortantes.

-¿Qué?- murmuré separándome para ver sus verdes ojos.-¿Qué acabas de decir?- lágrimas ya corrían por mis ojos.

-Que no te amo, que te adoro; te no te necesito por un momento, te necesito una eternidad; no te deseo a mi lado, te deseo...mmm...sobre mí.- Abrí los ojos como platos por lo último que había dicho.

Los besos comenzaron nuevamente, pero está vez Thomas se paraba. Mientras que yo, enrollaba mis piernas en la cintura de mi amado vampiro.