lunes, 15 de marzo de 2010

C9: ¡¿Cómo pude ser tan ciega?!

Domingo, lunes y martes pasaron volando, ni siquiera me había dado cuenta cuando habíamos llegado a miércoles. Nuevamente estaba yendo a clases, en donde -sin mucha piedad- Nessa y Javi me ahogaron con preguntas sobre Thomas, yo y el beso que el dio antes de entrar a clases.
El misterioso asesino de unas 7 chicas no había vuelto a atacar, lo que había calmado los ánimos en Seth-North, tanto así que hasta estaban organizando la fiesta de las máscaras para este fin de semana. Aunque yo no estaba en el comité de decoración, me gustaba ir a arreglar la casa que había arrendado (una casa que tenía aspecto de ser más antigua que la de Thomas). Esta fiesta conmemoraba la independencia de Seth-North en el siglo XIX.

-¡¡¡Maggie!!!- escuché gritar a Javi, quien si estaba en el comité, desde un lugar detrás mi espalda.

-¿Qué sucede?- dije todavía como entre nubes.

-¿Puedes traerme unos adornos de la otra habitación?- indagó Javi desde arriba de una escalera.

-Por supuesto-contesté ya poniéndome en camino hacia la sala continúa.

Caminé hacia la otra sala, saludé con la mano a Dorián y Marión Anderson antes de tomar la caja con unos adornos dorados y plateados, y volver a la sala en donde estaba Javi y Nessa colocando una guirnaldas dorada sobre la puerta que daba paso una azotea que estaba por ser decorada con guirnaldas y flores.

-Gracias, Mag- agradeció Javi poniendo un poco de pegamento en un extremo de una guirnalda. -Listo- dijo mirando su obra terminada.

-De nada- proferí antes de que unos pasos se escucharán detrás de nosotras.

Ninguna se volteó creyendo que sería algunos de los del comité. Unas frías manos que cubrieron mis ojos me sobresaltaron.

-Lo siento- profirió una voz en mi oído.

-Thomas- dije formando una sonrisa automáticamente y acariciando esas manos que tapaban mi visión.

Las manos se corrieron dejándome ver como Nessa y Javi se miraban expectante cada uno de nuestros movimientos. Thomas me volteó, mostrando su hermosa cara con mi sonrisa -que Thomas me había regalado especialmente después de dos días juntos.

-Hola- dijo antes de que sus labios se juntarán con los míos.

Si antes estaba entre nubes sólo con recordar sus besos, ahora estaba entre las estrellas -hasta más alto.- A veces ni me creía eso de que él se había enamorado de mí. Si era un sueño, por mí nunca volver a despertar.
Una conocida risa se escuchó detrás de Thomas.
"Marco" pensé antes de que Thomas, rodando sus bellos ojos verdes, separará nuestros labios para ver al chico con mente de nene de 1 añito.

-¡Cuñada!- exclamó el enorme chico al lado de Anna.

-¡Idiota!- lo saludé como lo hacia desde hace poco tiempo.

Anna rodó los ojos con nuestro ridículo saludo.

-Hola, Mag, Nessa y Javi- profirió la chica de cabello corto.

Vanessa y Javiera habían conocido cuando un día, desde el cual le digo idiota, llegó con su motocicleta en mitad de uno de los recreos gritando que era el nuevo rey de Seth-North y que todos debían arrodillarse ante sus pies. Resumiendo las cosas, yo y Thomas habíamos terminados detenidos toda una tarde por un supuesto complot -no se preocupen, ni yo entendí porque me detenían.-
Sacudí mi cabeza intentando borrar esos recuerdos y poner atención a la nueva visita del Rey de los payasos.

-No te preocupes- me susurró Thomas -Anna lo ha amenazado, así que sí o sí estará tranquilo- continúo.

Afirmé con mi cabeza antes de que Marco comenzará a hablar verdaderas tonterías, por las cuales Anna lo calló y continúo hablando ella.

-...Sólo queremos ayudar a decorar- dijo Anna de un buen rato después.

-¿Queremos? A mí me obligaron, ya que no creen que me sepa cuidar solito- afirmó Marco con un puchero haciendo que alguno de los presentes se riera.

-Marco, con suerte sabes como abrir la puerta- profirió Anna.

Marco se encogió de hombros antes de que yo se me le acercará con una caja de adornos. Nuevamente pase la tarde -y algo de la noche- conversando, adornando, cayéndome y volviendo a ordenas los adornos caídos gracias a mi caía.
Thomas había ofrecido llevarme a mi casa, pero se lo negué -esta bien que seamos casi una pareja, pero necesitaba mis minutos a solas-, él, respetuosamente, había aceptado mi decisión. Así que ahora me encontraba caminando por las solas calles de Seth-North, sola y muerta de frío. De repente comenzó a llover.

-El clima me odia- murmuré a regañadientes.

Unos brazos rodearon mi cintura sobresaltándome.

-Hola, amor.- Dijo una acaramelada voz en mi oído.

Gracias a Dios era Thomas y no un pervertido, loco o maniático.

-No me asustes de nuevo, loco- proferí antes de besar sus suaves labios.

El beso se volvió algo apasionado, me empujó contra un árbol y metió una de sus manos por mi espalda.

-Tenemos que detenemos- sugerí en unas de las veces que Thomas bajo para besar mi cuello.

-Déjame hacer algo antes de dejarte libre- profirió antes de abrir levemente sus labios en mi cuello.

Lo siguiente pasó a una velocidad impensable. Una presión se sintió el mi cuello, un líquido cálido comenzó a correr por mi cuello. Era sangre, la cual era succionada lentamente de mi sistema.
Por fin había abierto los ojos, me había dado cuenta de lo que él era...
¡¡¡¿¿¿Cómo fuiste tan ciega???!!! gritó mi conciencia cuando mi vista se estaba volviendo borrosa.
Vi los ojos de Thomas mirándome con lágrimas -tal vez no eran lágrimas, tal vez sólo era lluvia.-

-Lo siento...- le escuché decir a la distancia.

-V-v...- tomé un poco de aire antes de decir la palabra que tal vez haría que nuestras vidas se separaran para siempre -T-tú...- respiré el escaso aire que quedaba en mis pulmones -eres...

-Un vampiro...- completó él de que cayera en la completa inconsciencia.

1 comentario: